La involucion presidencial de Mêxico.

lunes, 30 de enero de 2012

De lider del futuro a estadista global.














Eduardo Ibarra Aguirre (FORUMENLINEA)


Una de las tesis de los hombres y las mujeres del poder institucional y fáctico, a veces difíciles de distinguir, del capitalismo de compadres dominante con y sin neoliberalismo, postula que los mexicanos tienen severos problemas con el éxito y más aún si es ajeno.

Parecieran tener algo de razón. Sobre todo ahora que es evidente que los gobernados no están llenos de optimismo, jubilosos porque los dirige el Premio Estadista Global, del Foro Económico (también) Global, que por medio de su cofundador y presidente Klaus Schwab, le entregó la presea a Felipe Calderón y le recordó que apenas en 1997 lo distinguieron, premonitoriamente, como Líder Mundial del Futuro. Una hazaña.


Tres lustros para remontar la condición futura de liderazgo y convertirse en estadista mundial, a juicio de quienes determinan la existencia y el rumbo de 7 mil millones de habitantes en el planeta cada vez más deplorable si nos atenemos a su incierto futuro, constituye un hecho sin precedente en México y más para un abogado, economista y administrador público que apenas en julio-noviembre de 2006 pujaba como nadie para ser reconocido como mandatario en ciernes y aún padece angustia para que se le perciba como estadista, no tanto global, nada más de los 112.5 millones de paisanos radicados en territorio nacional, más los 30-35 millones que habitan en forma documentada y no allende el río Bravo.


Tan convencido está el presidente del Foro Económico de Davos, Suiza, que ofreció a Calderón Hinojosa una solución para el grave problema habitacional que padecerá a partir del 1 de diciembre de 2012, cuando ya no disponga del Estado Mayor Presidencial, el Ejército, la Marina y la Policía Federal para que hasta 7 mil de sus integrantes lo cuiden cuando visita, por ejemplo, Ciudad Juárez y pronuncia encendidos discursos sobre la certeza de su estrategia anticrimen y los extraordinarios resultados que mañana, tarde y noche divulgan las televisoras del duopolio, protegido abiertamente desde Los Pinos.


Klaus Schwab aseguró al también presidente temporal del Grupo de los 20 y marido de Margarita Zavala: “Estamos muy orgullosos de reconocer sus logros y en nombre del Consejo de Fundación del Foro Económico Mundial, es un gran honor para mí otorgar a su excelencia presidente Felipe Calderón el premio al Estadista Global del Foro Económico Mundial (...) y aunque deje la Presidencia (de México), su casa está aquí, en Davos”.


Este país nuestro y sus ciudadanos no tienen ninguna necesidad de reprimir emociones por el sobresaliente triunfo que implica que el general de cinco estrellas –el mismo que aconsejó a los foristas sacar “la bazuca de manera inmediata, antes que la pólvora se empape” para enfrentar la crisis europea–, sea estadista global. No importa que Santiago Creel, compañero de partido pero no de grupo, advierta que el precandidato panista que ofrezca continuar con “la misma estrategia de seguridad del presidente Calderón será su fin electoralmente hablando”. Es decir, aunque el michoacano de Morelia no sepa ni siquiera cohesionar medianamente a su partido.


México cuenta también con el mejor alcalde del mundo, de acuerdo a una institución inglesa; el indiscutible magnate más rico del planeta; el único capo operativo que figura en la lista de Forbes sobre los más ricos de la aldea; con dos de los mal llamados cárteles más extendidos y diversificados por el orbe; con monopolios que triunfan como trasnacionales en telefonía fija y móvil, cemento, tortillas, pan, minería, cerveza, televisión de habla hispana…


Son los prohombres que, dice Calderón, se sobrepusieron al “ya merito”, sí pero amamantados desde el poder.







































































































































Cartones Internacionales.