El cuento de hadas que cotidianamente emana del micrófono oficial sobre la boyante situación económica nacional parece no convencer ni siquiera a los "aliados naturales" del régimen. En el relevo de mando en la poderosa Caintra de Monterrey, su nuevo dirigente, Eugenio Clariond, se puso bravo y cuestionó la veracidad del discurso en torno a la "sostenida recuperación", no sin advertir sobre una realidad que en Los Pinos y zonas aledañas se niegan a aceptar: la economía permanece por debajo de los niveles previos a la crisis, mientras el deterioro social resulta más que obvio.
La respuesta del inquilino de Los Pinos, como siempre, fue por peteneras: "en las encuestas internacionales se destaca la fortaleza de la Bolsa Mexicana de Valores y la competitividad del sistema financiero; México ha ganado en competitividad y se ha convertido en un importante atractivo como destino de inversión". Pues bien, por lo que toca a la BMV, en ella especula un grupúsculo de empresas (las de siempre) y participan no más de 150 mil inversionistas, o lo que es lo mismo, 0.1 por ciento de los mexicanos (99.9 por ciento restante se rasca como puede, si puede). En cuanto a lo segundo, "México ha ganado" tanta competitividad como la siguiente: con Felipe Calderón instalado en Los Pinos, la economía nacional cayó del escalón número 52 (de 130 posibles) al 60. Pero el susodicho cree que es al revés.
En fin, nada como evadir la realidad para decorarla en el discurso. De hecho, en su más reciente análisis periódico el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas subraya que a pesar de que algunos indicadores de la actividad económica tanto nacional como internacional son favorables, existen algunos factores que generan incertidumbre y que podrían convertirse en obstáculos para la continuidad del crecimiento económico global.
En el caso de México, la recuperación del mercado interno aún es débil, lo cual se puede observar en el desempeño de las ventas de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), ya que no obstante que en febrero registraron un aumento nominal anual de 3.3 por ciento, en términos reales significó una disminución de 0.26 por ciento (las ventas de supermercado acumulan 22 meses consecutivos de caídas). De igual forma, el Banco de México advierte sobre los riesgos que asechan a la inflación y, por ende, a la actividad económica, entre ellos la evolución alcista de los precios del maíz y de los precios internacionales de los energéticos, así como la volatilidad cambiaria ante posibles reversiones en los flujos de capital.
En el ámbito internacional, principalmente en la economía de Estados Unidos, se observa una mejora gradual y se espera que continúe expandiéndose en el corto plazo, aunque su ritmo de recuperación puede verse obstaculizado por las dificultades fiscales en algunos países europeos; el alza en los precios de los productos primarios, en particular por el crecimiento de los petroleros por las tensiones geopolíticas que se viven en el norte de África y Medio Oriente; y la incertidumbre en los mercados financieros ante el desastre natural y los problemas nucleares en Japón.
El CEFP señala que en las minutas de la reunión de la junta de gobierno del Banco de México se advierte que si bien la demanda externa presenta un importante dinamismo –reflejo, principalmente, de la reactivación de la producción industrial en Estados Unidos–, la demanda interna registra tan sólo una gradual aceleración. Con relación a la inflación, tal instancia considera que todavía no se observan presiones de demanda sobre los precios, ya que algunos mercados muestran holgura, por ejemplo, dado que la tasa de desempleo permanece en niveles relativamente elevados las alzas salariales se mantienen moderadas y, por ende, la masa salarial se ha recuperado de forma contenida. No obstante, reconoció que la economía presenta menos margen para absorber perturbaciones que pudieran afectar los precios y los salarios.
Así, la expectativa de inflación para el cierre de 2011 se incrementó, al pasar de 3.8 a 3.9 por ciento en enero, y señaló que su trayectoria prevista presenta diversos riesgos, entre los cuales destacan la evolución creciente de los precios del maíz; las alzas en las cotizaciones internacionales de los energéticos; la mayor vulnerabilidad ante perturbaciones de costos, en un entorno en el que la brecha del producto se ha venido cerrando; el ritmo de crecimiento de los precios de los bienes y servicios cuyas tarifas son determinadas por los gobiernos locales; y la volatilidad cambiaria ante posibles reversiones en los flujos de capital (los capitales "golondrinos" –léase altamente especulativos) se van para buscar nuevos nidos.
En consecuencia, apunta el CEFP, es importante tener presente el deterioro del balance de riesgos de la Junta de Gobierno, toda vez que los riesgos que asechan a la economía mexicana pueden afectar no sólo a la evolución futura de los precios sino que además atentan contra el ritmo de recuperación de la actividad económica, así como a las condiciones de vida de las familias.
En el ámbito internacional continúa la recuperación de la economía mundial aunque con marcadas diferencias entre países y regiones. Las principales economías avanzadas se recuperan impulsadas por los estímulos fiscal y monetario, mientras que en las emergentes persiste un crecimiento vigoroso promovido por la fortaleza de su demanda interna y del comercio mundial. No obstante, el ritmo de crecimiento de ambos grupos está amenazado por las presiones inflacionarias. De hecho, los bancos centrales de algunos países desarrollados, como el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra, han expresado preocupación sobre posibles riesgos de inflación y la necesidad de ajustar la postura monetaria para hacerles frente.
En general, la recuperación de la economía mundial enfrenta diversos riesgos, entre los que destacan los desequilibrios globales; las tensiones en los mercados financieros internacionales y la vulnerabilidad de diversas economías europeas con dificultades fiscales y en sus sistemas bancarios; la situación fiscal incierta en economías avanzadas; y el alza en los precios de los productos primarios. Y la economía mexicana, lejos de ser inmune, es altamente dependiente de lo que suceda en el entorno exterior, principalmente en el vecino del norte.