La involucion presidencial de Mêxico.

jueves, 20 de octubre de 2011

Malditos gobiernos fachopanistas.













1. En la madrugada de hoy martes, entre las 02:00 y 02:30 hrs., un grupo de 75 agentes policíacos, algunos de ellos encapuchados y sin identificación oficial, presuntamente pertenecientes a corporaciones federales, estatales y municipales, detuvieron a 27 personas, 20 hombres, 6 mujeres y un menor, en el plantón permanente que éstas instalaron en el camellón de la Av. Paseo de los Héroes, Zona del Río en Tijuana (sin interferir el tráfico de vehículos y peatones), para protestar pacíficamente, a la par que otras movilizaciones en el mundo, por los grupos denominados “Los Indignados”. Se les acusó de violar las disposiciones del Bando de Policía y Gobierno del municipio de Tijuana, en la modalidad de “pernoctar en la vía pública” y por hacer sus necesidades fisiológicas en la misma; incluso, fueron acusados de posesión de drogas y presentados a esa hora al Juez Cívico en turno en la Estancia Municipal.

2. ¿Creen esos hijos de golpistas que nos van a madrear cuando quieran? ¿Se sienten dueños del país que tanto han saqueado, defraudado, engañado, porque nuestras ilusas luchas sólo han sido pacíficas, defensivas y suplicantes? Y no se trata sólo del PAN –el partido más fascista y represor- sino también de gobiernos priístas, perredistas y demás que conforman la clase política que se aterrorizan cuando el pueblo lucha de manera independiente y sin pedir permiso a nadie porque sabe que la libertad no se mendiga sino que se ejerce. ¿Creen acaso esos gobiernos imbéciles que podrán solucionar los problemas de miseria, desempleo, seguridad mediante la represión y los asesinatos? Yo les diría a los fascistas Salinas, Cevallos, Calderón, Fox, Televisa, TV Azteca, que no sigan jodiendo al pueblo porque va a despertar y a levantarse con dignidad para quemar en leña verde a sus opresores.


3. Aquí en México muchos se asustan por los cientos de linchamientos que se registran en comunidades indígenas y campesinas; desafortudamente estos linchamientos se ejecutan contra los mismos pobres y miserables que se roban una gallina, una cartera o le arrancan la bolsa a una persona de la población. El pueblo aún no identifica con claridad a los verdaderos culpables de su miseria, a los que le pagan salarios de hambre, los mantienen en el desempleo o los oprimen desde el poder. Silencia la clase política y empresarial que la justicia que hace el pueblo por acción directa es una respuesta de odio contra los permanentes atropellos que sufre. Por todo ello y más la población –que nunca ha dejado de luchar, aunque sea un poco- hoy comienza a llenar las calles con sus protestas y sus batallas. También por eso la clase dominante –como sucedió ayer en Tijuana, la gran ciudad del estado de Baja California gobernada por el PAN- reprimió con brutalidad a los “indignados” plantados.


4. Sólo falta que la clase política nacional, agrupada en el legislativo –con el gobierno panista y sus aliados- convierta en “Bando de ley de policía” que ya nadie puede manifestarse ni plantarse en las calles en protesta por la situación que se vive en el país y el mundo, y que cualquiera que lo haga será acusado de poseer droga, armas o simplemente que es un mal viviente que “pernocta en la vía pública”. Sólo falta que le ponga un bozal y un cubre ojo a cada ciudadano mexicano con cierta capacidad para darse cuenta de lo que sucede en el país. ¿No es acaso lo que asoma en muchos estados del país y en la misma ciudad de México? Esto me recuerda a aquel policía fascista Juliani –que impuso leyes del orden en Nueva York- cuando vino a México a imponer la llamada “Delincuencia Cero” advirtiendo que hay que disolver cualquier reunión de más de tres, que hay que perseguir a los jóvenes fachosos, etcétera porque son un peligro.


5. Pero aquí, lo más importante, es no dejarse intimidar por la clase política y empresarial que nos ha pisoteado desde hace siglos. Hay que decirles que mientras los políticos nos sigan saqueando con sus insultantes salarios de 300 mil a 600 mil pesos al mes, dilapidando el presupuesto en prestaciones, personas a su servicio, viajes, hoteles y buenos vinos; que en tanto los empresarios obteniendo millones y millones explotando el trabajo humano; que mientras la población siga viviendo en la más profunda miseria, el pueblo encontrará siempre formas de lucha adecuadas a cada circunstancia. El pueblo se manifiesta en las calles sin ramas, de forma pacífica y respetuosa porque tiene necesidad de hacerlo; pero si lo reciben con macanazos, gases lacrimógenos, con perros y armas, el pueblo tendrá que acudir a otros medios de defensa. Por eso la represión contra los indignados de Tijuana es condenable, es nuestra obligación apoyarlos.