Carlos Fernández-Vega (La Jornada)
Pues nada, que a punto está de concluir el tradicional Lupe-Reyes y la mexicanada deberá prepararse para retornar a la fatídica realidad, y como parte destacada de ella los precios de los alimentos, que no dejan de golpear –en mayor o menor medida– el bolsillo de la mayoría. Sólo para fomentar el optimismo vale recordar que cuando menos la mitad, y contando, de los alimentos que se consumen en el país proviene de los mercados foráneos.
Entonces, ya sin aguinaldos ni fondos de ahorro ni guardaditos a la mano que motiven la efímera ilusión de sentirse del primer mundo, las nutridas facturas comenzarán a llegar a los sufridos hogares (mientras los voraces acreedores se frotan las manos), y entre ellas –como ya es tradición– la de los alimentos, cuyos precios no aflojan salvo las carteras.
Así, la Cámara de Diputados informa que los precios de los alimentos continúan creciendo a mayor ritmo que los de la canasta básica y el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). De acuerdo con el Inegi, en noviembre pasado tal indicador se incrementó 4.18 por ciento anual, proporción menor a la registrada por la canasta básica, que aumentó 4.79 por ciento, y a la de los alimentos, que se expandió 9.36 por ciento anual, es decir, 2.23 veces más que la inflación general.
En los alimentos, los precios de algunos productosde origen agrícola como el maíz, el arroz, la tortilla de maíz, el bolillo, las galletas saladas y el pan blanco industrializado continúan en niveles elevados. Dentro de este grupo de alimentos destaca el maíz que creció 13.07 por ciento anual, seguido del pan blanco que aumentó 13.82 por ciento, las galletas saladas que se incrementaron en 10.66 por ciento y la tortilla de maíz, que subió 9.05 por ciento, todos respecto a noviembre de 2011. De igual forma, los altos precios que han registrado los productos agrícolas y sus derivados, siguen presionando al alza a los precios de los cárnicos y sus derivados. En el mes que se reporta, el índice de precios de la carne de res creció 12.74 por ciento, el del pollo 14.84 por ciento y el del huevo 36.52 por ciento, todos con respecto a noviembre de 2011.
Lo anterior se suma al nulo crecimiento del ingreso laboral, lo cual se traduce en que la proporción de mexicanos que no pueden adquirir la canasta básica de alimentos creció 17.4 por ciento en los últimos cuatro años. Si se considera que las personas también tienen que gastar en transporte público, utensilios de limpieza, educación, recreación, vestimenta, cuidados de salud, entre otros, el número de personas que están en riesgo de pobreza podría ser considerablemente mayor.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el tercer trimestre de 2012, 25 por ciento por ciento de los trabajadores ganaron entre cero y un salario mínimo, y 25.7 por ciento entre uno y dos salarios mínimos, es decir, más de la mitad de los trabajadores tienen ingresos laborales insuficientes o apenas por encima de las líneas de bienestar.
En suma, para contrarrestar el crecimiento en los precios de los alimentos, los ingresos laborales tendrían que crecer a un ritmo mucho mayor que la canasta básica. El problema es que la mayoría de los indicadores de empleo permanecen en niveles superiores a los observados antes de la crisis de 2008-2009, mientras que los relativos al ingreso van a la baja, de tal suerte que es previsible el aumento en el número de personas sin posibilidad de adquirir la canasta básica de alimentos.
Así, la ecuación es explosiva: precios al alza, ingreso a la baja y creciente dependencia del estómago nacional de los mercados foráneos. Por ello, la Cámara de Diputados apunta que al cierre de octubre pasado, el déficit comercial de la balanza agroalimentaria ascendió a 895.4 millones de dólares, el mayor saldo negativo desde igual mes de 2008. Esto fue resultado de las mayores importaciones agroalimentarias, cuyo monto alcanzó 2 mil 672.6 millones, frente a mil 777.2 millones obtenidos por exportaciones agroalimentarias. En términos anuales, las importaciones crecieron 9 por ciento respecto al décimo mes del año anterior, mientras que las exportaciones aumentaron sólo 2.8 por ciento.
En lo que corresponde a productos agropecuarios, las importaciones aumentaron 7.7 por ciento en el décimo mes del año. Por tipo de producto, las compras de semilla de soya y de colza rebasaron en monto a las de maíz, registrando 263.8 y 209.2 millones de dólares, respectivamente, destacando que el valor de las importaciones de colza se incrementó 29.7 por ciento respecto a las de octubre de 2011.
Por el contrario, las adquisiciones de maíz descendieron 32.8 por ciento, lo que en parte se explica por el mejor nivel de producción que se ha obtenido de este grano, el cual comienza a equilibrarse después de las pérdidas causadas por la sequía. No obstante, las importaciones acumuladas de enero a octubre de este año fueron las más cuantiosas en lo que se refiere a los productos agropecuarios, sumando un total de 2 mil 679 millones de dólares. Con base en información de Sagarpa, en términos de volumen, las compras de maíz amarillo alcanzaron un total de 7 millones 304.3 mil toneladas, 16 por ciento más que el año anterior, y cuyo precio promedio en el periodo ha sido de 300 dólares por tonelada.
Las importaciones de trigo disminuyeron 13.9 por ciento en octubre para registrar un total de 133.4 millones de dólares, aunque en el año acumularon mil 249.5 millones. En términos de volumen sumaron 4.1 millones de toneladas en los 10 primeros meses del año, cantidad mayor en 61.6 por ciento a las del mismo periodo de 2011.
Las adquisiciones de frijol al exterior aumentaron 246.8 por ciento en el mes que se reporta. Con ello, se percibe que continúa la reposición de las pérdidas en la producción causadas por los efectos climáticos que tuvieron lugar en 2011 y la primera mitad de 2012. Así, las importaciones de frijol acumularon un total de 252.8 millones de dólares entre enero y octubre de este año, lo que equivale a un incremento de 159 por ciento respecto del mismo periodo del año pasado. En cuanto a las importaciones de huevo, éstas subieron de 3.3 millones de dólares en octubre de 2011 a 10.3 millones en el mismo mes de 2012, lo que significó un incremento de 211.8 por ciento, aspecto que sugiere que la producción se sigue restableciendo después de haber sido afectada por la epidemia de influenza aviar que ocurrió a mediados del año.
Las rebanadas del pastel
Al ritmo que van, el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera y los asambleístas no tardan en cobrar impuestos por la tenencia de refrigeradores, planchas, yoyos y estampitas de El Santo.
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