Pedro Echeverría (especial para ARGENPRESS.info)
1. La dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN) reconoció anoche (casi al mismo tiempo que lo hicieron el alto clero católico y los empresarios organizados) los resultados de las elecciones presidenciales, es decir, a Peña Nieto; sin embargo pidió a las autoridades electorales investigar a fondo las evidencias de “inequidad severa y faltas graves” (sobre todo en regiones del PAN), pero eso sí, sin hacer mancuerna (sin confundirse) con el Movimiento Progresista encabezado por López Obrador. El PAN, como en los tiempos del presidente Salinas (1988-94), de Fernández de Cevallos, de Castillo Peraza y Luis H. Álvarez, busca nuevamente vender bien su reconocimiento y apoyo. “Ganar la Presidencia desde la Presidencia”.
2. La realidad es que después del desplome del PAN al tercer lugar electoral, no le quedó otra estrategia más efectiva que arrodillarse –como muchas veces lo ha hecho- frente al partido de Peña Nieto (o al de López Obrador en su caso) con el objetivo de continuar con los privilegios que da el poder. No debe olvidarse que el PAN –como partido empresarial y clerical- nunca ha luchado contra el sistema de explotación capitalista; al contrario, lo ha apoyado junto al PRI. Todas sus luchas sólo han sido por cargos gubernamentales para que las empresas se desarrollen bajo su protección. Para no confundirse el PAN –vía su candidata Presidencial- reconoció el triunfo de Peña Nieto horas antes que se den los primeros resultados.
3. El PRI fue siempre el partido de centro, aunque a partir de 1982 –con la implantación del neoliberalismo- se movió hacia la derecha abriéndole el camino al PAN. Esa posición “centrista” le permitió al PRI durante más de 60 años mediatizar, manipular, jugar, con la derecha panista, por un lado, y la izquierda oportunista, por otro. Pronto veíamos al PRI apoyando a Cuba, a Latinoamérica, a los obreros y a los campesinos y, al otro día apoyando a los yanquis, a los grandes empresarios, así como políticas antipopulares. Llegaron a México muchos investigadores para tratar de entender por qué el PRI era un dictablanda, es decir cómo había gobernado tantos años. La respuesta es que nunca hubo una oposición fuerte porque siempre fue manipulada.
4. El Partido Comunista, aunque se fundó en 1919, y el Partido Popular en 1948 (a partir de 1960 le pusieron el apellido de “Socialista”, PPS) nunca representaron los intereses del proletariado sino siempre fueron a la cola de la burguesía. El PAN, un partido derechista de presión política, a pesar de haberse fundado en 1939 y de haber tenido como obsequio algunos funcionarios, sólo comenzó a tener presencia real cuando el presidente Salinas negoció con él en 1988. En PAN siempre fue un partido electoral en busca de poder, contrario a las izquierdas radicales que nunca votaron en los procesos electorales porque buscaban construir un movimiento de masas que ayudara a la transformación revolucionaria.
5. ¿Cree acaso algún iluso lópezobradorista que el PAN denuncia vicios electorales para sumarse a las protestas de AMLO? Nada de eso, al contrario; lo que dice a Peña Nieto (como en 1988 Álvarez, Castillo y Cevallos, plantearon a Salinas) es que lo reconoce, pero a cambio debe darle algunas presidencias municipales, algunos legisladores, apoyo del presupuesto público para el partido. ¿Cómo reconocer al gobierno gratuitamente ante un López Obrador que amenaza con llevar sus denuncias de fraude hasta las últimas consecuencias? Esta es la mejor oportunidad para que el PAN logre del PRI la negociación que necesita para recuperarse. ¿Qué le queda a AMLO ante el reconocimiento del PAN, del Clero, de los empresarios y demás?
6. El PAN reconstruirá sus fuerzas a partir de las figuras surgidas en sus 12 años de gobierno. Si alguna vez las bases panistas creyeron que era un partido democrático hoy sólo seguirán pensando así los que salieron beneficiados por esos gobiernos. Parece que desde ahora el PRI y el PAN buscarán una alternancia de gobierno en dos partidos al estilo EEUU. El PAN, a pesar de su desplome electoral, cuenta con todos los medios económicos y políticos para resurgir. En primer lugar con las amplias organizaciones creadas al amparo de la iglesia católica, ¿o alguien cree tontamente que el clero va apoyar a los abortistas, a los partidarios de los homosexuales, a las sociedades de convivencia o a los que combaten la pederastia?
7. A López Obrador sólo le queda el movimiento de masas junto a los jóvenes y estudiantes del Yo soy 132 y dejar de pensar en que las “instituciones de gobierno” en algún momento reconocerán sus denuncias. Los reconocimientos nacionales e internacionales que ha logrado el PRI y el gobierno de Felipe Calderón son de manera hábil bien usados para dar cobertura a Peña Nieto. Aunque con posiciones críticas hago lo que puedo para que López Obrador gane esta batalla porque sería lo único diferente y novedoso ante un PRI y un PAN totalmente llenos de basura y corrupción. Pero debo también reconocer que esta batalla es muy difícil porque la población aún no alcanza despertar y parece que aún tardará en hacerlo.
Cartones Internacionales.
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