México SA
Decae la economía
Crece el discurso
Realidad vs. frases
Carlos Fernández-Vega
Pobre inquilino de Los Pinos, pobre Ernesto Cordero: tanto que les cuesta articular sus maravillosas frases de ocasión sobre la robusta”, “blindada” e inigualable economía mexicana, para que venga la terca realidad y se las tire al bote de la basura en un dos por tres. Los fantásticos pronunciamientos de los primeros son arrasados por la contundencia de la segunda (dichos contra hechos), porque la desaceleración de la economía mexicana es inocultable, y de allí a la recesión queda un trecho muy corto, dada la ostentosa inacción de quienes dicen llevan las riendas del país.
La actividad económica de México exhibe síntomas claros de que ya no da de sí. Con el reporte del producto interno bruto divulgado el pasado viernes por el Inegi, queda claro que, una vez más, el calderonato incumplirá su pronóstico sobre crecimiento, y que en 2012 lo más preocupante para el país no será el proceso electoral. Durante el primer semestre del año el PIB aumentó 3.9 por ciento, por debajo de la prospectiva de 4 por ciento esperado para todo el año. La tendencia de varios sectores económicos ha comenzado a tornarse negativa, por lo que la “sólida recuperación” (Calderón dixit) sólo engrosará el inventario de frases de ocasión. De manera particular puede citarse que los ciclos económicos de sectores como las manufacturas, la construcción, los servicios en educación, salud, inmobiliarios y alojamiento van en contrasentido con la expansión que el país necesita para solucionar sus rezagos sociales.
La revisión de los aspectos asociados a salud y educación patentiza algo preocupante para el bienestar de la población. En conjunto, ambos representan elementos básicos para la formación de lo que en economía se conoce como capital humano, pero más relevante es citar que constituyen elementos fundamentales para garantizar que los mexicanos aspiren a un verdadero desarrollo, a una mejor vida, como advierte el Centro de Investigación en Economía y Negocios, que preside José Luis de la Cruz Gallegos, del Tec de Monterrey, campus Estado de México, en su más reciente análisis sobre el comportamiento económico nacional (La desaceleración económica de México: una realidad).
Un aspecto adicional a resaltar, versa sobre cuestionar lo que el mal desempeño del PIB en salud reviste para la lucha contra la pobreza. De manera oficial se tiene la afirmación de que el acceso a la salud fue esencial para evitar que este flagelo aumentara durante la pasada crisis; sin embargo, el análisis de la tendencia del PIB en salud hace patente que desde 2006 el valor agregado del mismo no ha crecido, y que por el contrario tiene una ligera tendencia a la baja. “En este sentido debe cuestionarse si garantizar acceso a un sistema de salud ineficaz resulta suficiente para mejorar la calidad de vida de los mexicanos”.
Algo similar se desprende de la revisión de la información correspondiente a los servicios educativos: un estancamiento que no permite pensar que el acceso a los mismos garantiza que los mexicanos vivirán en una situación de menor marginación. La evolución descrita está vinculada con la creciente desocupación que el propio Inegi reporta. Una cuestión importante para tomar en cuenta es que todo este escenario se generó antes de que los problemas financieros internacionales tuvieran cabida, es decir, la baja en el ritmo de la economía es atribuible a la dinámica del sector productivo, y no necesariamente a la incertidumbre asociada a los problemas de finanzas públicas que se viven en la Unión Europea y Estados Unidos. Esto último acabará propiciando una afectación a la economía mexicana, pero ello se vivirá a lo largo del segundo semestre de 2011 y dará génesis a un entorno adverso para las empresas, los gobiernos y la población en general.
México no se encuentra en situación de fortaleza para enfrentar el problema. De acuerdo con la información del Inegi sobre el PIB, el mejor desempeño de la economía es atribuible a la parte de los servicios vinculados con el comercio y el transporte, es decir, a lo que el mercado interno se refiere. El aspecto a resaltar en este punto es que ello sólo será sostenible si la desaceleración no se profundiza, ya que de prolongarse el desempleo y los bajos salarios acabarán provocando que estos sectores también se vean inmersos en los sucesos desfavorables que hoy trastocan la estabilidad económica de México.
De acuerdo con la información publicada por el Inegi, es factible afirmar que la desaceleración de la economía mexicana es un hecho. La tendencia de estancamiento o ya negativa de la construcción, las manufacturas y el sector primario constituyen parte de la explicación del por qué la economía nacional ha comenzado su trayectoria descendente. “De acuerdo con el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), durante junio se acentuó la desaceleración. Con ello la actividad productiva disminuyó su ritmo de expansión antes que la volatilidad financiera se hiciera presente en los mercados bursátiles, por lo que durante el segundo semestre se podría configurar una combinación de desaceleración productiva con mayor especulación financiera”.
El entorno adverso tendrá un efecto negativo sobre las finanzas públicas: la recaudación del IVA, ISR, IETU e IDE comenzará a disminuir en el segundo semestre del año. Al bajar el precio internacional del petróleo los ingresos del sector público podrían verse comprometidos para el resto del año y principios de 2012. La pobreza acumulada no verá una solución en 2011 y 2012, la baja en la dinámica económica afectará negativamente la generación de empleo y con ello a la posibilidad de mejora en las condiciones de vida de las familias mexicanas. El CIEN mantiene el pronóstico de crecimiento de este año presentado a principios de 2011: 3.2 por ciento, máximo.
Ante este escenario, “la clase política y del sector público tienen la obligación de responder con un programa emergente que no sólo tenga un interés mediático, sino que se corresponda con resultados (hacer, no decir). La crisis de 2009 dio muestra de lo que puede pasar si no se toman decisiones con responsabilidad social, ello no puede volver a suscitarse si se quiere evitar el colapso de la estabilidad nacional”.
Las rebanadas del pastel
Los terribles acontecimientos en el Estadio Corona, durante el partido Santos-Morelia, son una muestra adicional de la “goliza al crimen organizado” y despejan dudas sobre aquello de que “vamos ganando la guerra”, frases ambas de ya saben quién… Mi agradecimiento a los integrantes del Círculo de Estudios Jaime Sabines por su invitación y cálida recepción. Un abrazo.
cfvmexico_sa@hotmail.com