Pedro Echeverría (especial para ARGENPRESS.info)
1. No podemos aceptar que quede en la cárcel algún preso político –de los consignados en Michoacán- porque estaremos repitiendo los grandes errores, incluso traiciones, de la izquierda socialdemócrata que sólo busca quedar bien con el poder. Hay que hacer más grande y combativo el plantón; extender en Michoacán y en el país que los gobiernos representan los intereses empresariales no del pueblo mexicano. Quizá es el momento de organizar en Michoacán con otros grupos sociales, una segunda edición de lo que fue la APPO en Oaxaca, pero ahora con la participación y la mayor experiencia de toda la Coordinadora (CNTE). Michoacán no es Oaxaca, pero hay que ensayar otras formas de unidad y lucha contra ese mismo gobierno despótico del PRI y del PAN que en Oaxaca unió a Ulises, Fox y todo el PRI.
2. La imposicionismo y represión a estudiantes en Michoacán son parte de la educación nacional. El poder busca imponer en el país, contra viento y marea, un modelo educativo al servicio de los empresarios llamándole “modernidad tecnológica” que requiere inglés. Se burlan del lenguaje indígena (sea maya, tarasco, nahua o zapoteca) porque no tiene posibilidades de desarrollo capitalista. ¿Qué importan los indígenas –dicen los funcionarios- si no están integrados al progreso de la nación? Por eso –señala un tal Tuirán de la SEP- “estamos abiertos al diálogo, podemos escuchar con respeto”, pero sin tocar las cuestiones básicas que son el avance tecnológico y el inglés obligatorio”. “Además –dice Tuirán- las 400 escuelas normales fueron consultadas y nadie protestó; pero somos flexibles a renovar pero sin cambiar lo básico”.
3. “Funcionarios ignorantes sobre asuntos educativos reprimen en Michoacán…”, escribí ayer. Mi amiga Blanca Nieves me corrige con razón: “Las autoridades no son ignorantes, al contrario, son sabias porque tienen capacidad para ver y defender sólo sus intereses”. Y esa verdad es la que se observa en las conversaciones en Noruega entre las FALC y el gobierno colombiano. Al iniciarse hoy el “dialogo”, el representante del gobierno pide “que no hayan discusiones teóricas e ideológicas y sólo analizar cuestiones prácticas”; por el contrario las FALC demuestran de entrada en su análisis que más de la mitad de las tierras están en manos de un 4 por ciento de latifundistas y que el pueblo sólo posee un siete por ciento de las tierras para trabajar. ¿De qué pláticas de paz se puede hablar si toda Colombia está al servicio de los grandes empresarios y banqueros?
4. Lo mismo sucede en otros diálogos que se dan en México. Los funestos gobiernos, sean del PRI o del PAN, sólo abren “diálogo” cuando la gente ha ganado las calles y sus luchas son un clamor nacional; antes te puedes pasar días, semanas y meses pidiendo tontamente audiencia y nadie recibe a personas sin poder. Yo jamás he sido partidario de un diálogo con gobernantes porque en posición de debilidad es obvio que ellos se impondrán; sólo creo en diálogos cuando se tiene fuerza en las calles y los mismos gobernantes ruegan al movimiento que sean atendidos. Es vergonzoso que teniendo la fuerza en las calles, se acuda a la guarida, a los centros de operación de la autoridad, para escuchar lo que plantean. No jodan: son las autoridades quienes tienen que buscarnos porque están desesperados en parar nuestras acciones.
5. La lucha estudiantil en Michoacán y otros estados es la misma que la de los profesores de la CNTE y de los estudiantes universitarios del Yo soy 132. La batalla es contra la privatización de la educación que ha llevado a rechazar –mediante exámenes bien calculados- a millones de estudiantes de las universidades. Esa misma política de privatización es la que se practica contra los maestros usando exámenes tramposos, para ir eliminado a quienes las autoridades y líderes charros no quieran. ¡Ningún paso atrás! ¡Los estudiantes y los profesores de la CNTE conforman una unidad y es tiempo ya de consolidarla! Las secciones sindicales de Oaxaca, Michoacán, Guerrero de la CNTE siguen en pie de lucha y no van a capitular ante los falsos diálogos que ofrece el poder a cambio de sometimiento.