Antonio Gershenson (La Jornada)
Ya habíamos dicho que el actual PRI regresa a posiciones anteriores a las que tuvo en 2008 y 2009 sobre Pemex y su entrega al exterior. El larguísimo escrito que entregan, “Estrategia Nacional de Energía 2013–2027”, retrasa las obras de una nueva refinería de la que el anterior hablaba, pero no hacía.
Habla otra vez el PRI de la nueva refinería de Tula. ¿Nueva? Llevamos más de cuatro años sin hacer nada. Y dice que Pemex Refinación estima el inicio de operaciones para 2017. Un añito más de otro retraso, y se acabó otro sexenio sin refinería.
Saca de nuevo también la Reconfiguración de Salamanca. ¡Gran idea! Al fin que ya hubo reconfiguraciones hechas totalmente por trasnacionales, como Ciudad Madero y, sobre todo, Cadereyta. Con años de retraso y fallas ahí también. Y carísimas, y todavía era antes del PAN.
También el proyecto del anterior gobierno de 2009 de Salamanca, frente a una producción de un tren de refinación para Tula, que era de 142 mil barriles diarios, la reconfiguración iba a producir 26 mil diarios, menos de la quinta parte del citado tren. Pero el costo de Salamanca era de más de 3 mil millones de dólares, frente al costo del tren, de la refinería de Tula, que era de más de 9 mil millones de dólares, Salamanca era de una tercera parte. El costo de procesar el crudo sería mucho más caro en Salamanca.
Es más, en esta reconfiguración, su terminación se tiene contemplada para 2017. Por si fuera poco. Otro caso en que haya otro retrasito y se brinca para el siguiente sexenio también.
Se dice que se debe establecer una política que incentive la inversión del sector privado estimulando su participación.
El siguiente tema de la estrategia es Diversificar y optimizar el parque de generación. Reconoce que hay una dependencia unilateral para generar electricidad de gas natural, pero dice que no hay problema porque hay producción propia excesiva. Nosotros comentamos que las importaciones crecientes y las obras en ese sentido dejan esa producción propia en la imaginación de los funcionarios que escribieron este librote.
Lo planteado en el libro es que haya para 2027 un 72 por ciento de gas natural para generar energía, lo cual, si lo vemos objetivamente, es una barbaridad. Es una supeditación del exterior que afecta la soberanía nacional, y nos hace depender de una sola fuente de energía estratégica.
Otro tema a continuación: la industria petroquímica. Resulta que el deterioro de esta industria no es por el manejo de directores pésimos, sino por la segmentación entre la petroquímica básica, exclusiva del Estado, y la secundaria, accesible a la empresa privada. Es más, el atraso viene porque los complejos más modernos de Pemex Petroquímica, como son Cangrejera, Morelos y Cosoleacaque, fueron concebidos con tecnología de los años 70 y 80. Se quiere, insinuándolo, abrir la puerta a que en adelante estos complejos sean privados, y sobre todo del capital extranjero.
Es bastante evidente que la construcción de estos complejos petroquímicos no se siguió porque tuvimos varios sexenios de tecnócratas, de neoliberalismo, períodos que no han terminado.
Más adelante hay otro tema: Exploración y producción, aunque no falte quien diga que los temas del documento están un poco desordenados. Se empieza por la producción en Cantarell, que fue la mayor producción, pero tuvo una gran decadencia. Califica el libro esta caída de la producción como algo normal, aunque han contado en ella una pésima administración, la inyección de nitrógeno y otras medidas.
Se elogia el desarrollo de Ku-Maloob Zaap, sin mencionar su crudo pesado y superpesado, y el hecho de que el monto de su producción no basta para compensar la caída de Cantarell. Tampoco menciona la importancia de yacimientos con gas en cantidad creciente, con cantidades crecientes de crudo ligero y súper ligero en Litoral de Tabasco y algunas partes de la Región del Sur.
Los que hicieron el escrito reservan sus mayores elogios para Chicontepec, o Aceite Terciario del Golfo. Califican a sus reservas como las más cuantiosas del país, sin mencionar que sus reservas probadas son mínimas y que las que ellos presumen tienen muy bajas posibilidades de existir.
También elogian los contratos (no los menciona así) en campos maduros, que en realidad tienen muy escasas posibilidades de producción y a muy largos plazos.
Se presume de nuestras supuestas gigantescas cantidades de lutitas de gas e incluso de petróleo, aunque la realidad probada es mínima y la que existe, causa mucho daños al medio.
Ya hemos señalado zonas con producción decreciente y con inversión extranjera, como ejemplos de que la inversión extranjera en petróleo en México no es productiva. Pues aquí se presume de Burgos y otros sitios como fuente gigante de lutitas. Hay un título que se quiere hacer pasar de lado, Recursos Prospectivos. Este título, traducido al mexicano, quiere decir que ni siquiera son las más pobres reservas, no son reservas y punto. En los documentos de Pemex sobre exploración no se menciona en la categoría de reservas ningún recurso prospectivo.
Toda esta propaganda, ¿es para vender sectores de Pemex a empresas extranjeras? En general, vemos que la estrategia de energía deja mucho que desear.
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