Carlos Fernandez-Vega (La Jornada).
Los resultados económicos mexicanos dejan mucho que desear, máxime si se comparan con el permanente optimismo que divulga el discurso oficial. Los más recientes indicadores del país muestran un deterioro de la actividad económica nacional –lo cual ya es costumbre–, pero nada distinto sucede en el vecino del norte, del que México depende en grado sumo.
¿Cómo va el motor del mundo? El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) nos regala un breve paseo por las condiciones económicas estadunidenses, en el que destaca que la revisión (cuarto trimestre de 2012) del producto interno bruto (PIB) generó dudas respecto de la capacidad de recuperación de la economía, sobre todo luego de que el pasado primero de marzo entró en vigor el recorte del gasto del gobierno por casi 85 mil millones de dólares, ante la ausencia de consenso político para lograr un ajuste más ordenado en las finanzas públicas.
El incremento trimestral de la economía estadunidense (a duras penas un escuálido 0.1 por ciento) fue resultado, a juicio del CEFP, de la contribución positiva del consumo y de la inversión fija residencial y no residencial (las importaciones que tienen un impacto adverso sobre el producto disminuyeron), aunque dicha contribución fue parcialmente contrarrestada por los efectos negativos de la inversión en inventarios, el gasto del gobierno (en sus tres niveles: local, estatal y federal) y las exportaciones.
En general, en el cierre de 2012 las tasas trimestrales anualizadas de los principales componentes del PIB registraron los siguientes movimientos frente a la variación que presentaron en el tercer trimestre: el consumo se expandió 2.1 por ciento; la inversión fija no residencial se incrementó 9.7 por ciento y la parte residencial avanzó 17.5; previamente se registraron tasas de 1.8 y 13.5 por ciento para cada caso; las exportaciones se contrajeron 3.9 por ciento, mientras en el tercer cuarto del año lograron un crecimiento de 1.9; las importaciones profundizaron su caída al pasar de -0.6 -4.5 por ciento; el consumo y la inversión bruta del gobierno bajaron 6.9 por ciento frente a un aumento de 3.9 en el trimestre previo (su primer registro positivo desde el segundo cuarto de 2010).
En ese contexto, el pasado 26 de febrero el presidente de la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés), Ben Bernanke, reiteró ante el Senado estadunidense que en un escenario de elevado desempleo e inflación controlada era necesaria una política monetaria extremadamente acomodaticia. Más aún, respecto al tamaño de su programa de compra de activos, precisó que basándose en una evaluación de costo-beneficio, hoy día los beneficios del relajamiento monetario eran claros: la política monetaria está proporcionando un importante apoyo a la recuperación, mientras se mantiene la inflación cerca de su objetivo de 2 por ciento.
En consecuencia, en línea con las previsiones de los analistas, el CEFP considera que ante los débiles datos de la economía estadunidense, la entrada en vigor de los recortes al gasto y la proximidad de la fecha de vencimiento del proyecto de ley de financiamiento (conocido como resolución continua sobre la deuda de Estados Unidos), es factible que se mantengan las condiciones monetarias relajadas apoyando decididamente la actividad económica y el empleo, tal y como señaló Bernanke.
Por otro lado, el índice de la confianza del consumidor (ICC), elaborado por The Conference Board, subió en febrero 11.2 puntos para situarse en 69.6 puntos después de que el mes pasado registró 58.4. Las expectativas de los consumidores mejoraron, al pasar de 59.9 puntos en enero a 73.8 en febrero y el índice sobre la situación presente de la economía aumentó de 56.2 a 63.3 puntos en el mismo lapso.
De acuerdo con esta encuesta, en febrero pasado los consumidores fueron más optimistas acerca de las condiciones actuales de la economía, de sus expectativas de corto plazo y sobre el mercado laboral, pues la proporción de consumidores que anticiparon mayores empleos subió de 14.4 a 16.7 por ciento, sin que en los hechos se haya materializado. En tanto, los que esperan mejoras en sus ingresos crecieron de 13.5 a 15.7 por ciento. El índice de la confianza del consumidor que elabora la Universidad de Michigan también aumentó en el segundo mes de 2013, al crecer 5.1 por ciento respecto al mes previo para ubicarse en 77.6 puntos, quedando por arriba de lo esperado por analistas (76).
Las rebanadas del pastel
Desde Baja California Sur llega la denuncia ciudadana: “en el municipio de Los Cabos existe una construcción que data de 1905, conocida como El Faro Viejo de Cabo Falso. Es un icono de identidad cabeña. La gente local lo recuerda como parte su vida, de su cultura. Este monumento, que es propiedad pública, se encuentra literalmente secuestrado desde el fin del rodaje de la película Troya, hace ya diez años. Desde entonces tenemos una situación estancada, en la que una propiedad pública no tiene acceso público, pues los terrenos circundantes al Faro Viejo, siendo propiedad pública, fueron vendidos por los ejidatarios al desarrollador Ernesto Coppel Kelly, poderoso empresario hotelero sinaloense, quien decide qué se hace y qué no se hace en Los Cabos. Para detener el deterioro y el vandalismo en el Faro Viejo, el empresario incurrió en delito al cerrar el paso a este bien público, violando flagrantemente el reglamento para el uso y aprovechamiento del mar territorial, vías navegables, playas, zona federal marítima terrestre y terrenos ganados al mar. Ante este secuestro de un bien inmueble público, el municipio ni siquiera ha puesto la denuncia para la apertura del acceso a una propiedad pública; de ese tamaño es la ascendencia de Coppel Kelly en los políticos locales. Distintas asociaciones se han manifestado para exigir la apertura del acceso al Faro Viejo y por respuesta sólo han recibido un absoluto silencio tanto de las ‘autoridades’ como del empresario en cuestión; pareciera que ya está pactada la impunidad para esta situación de despojo descarado de un bien público, más aún cuando ya ha sido anunciada la adecuación del icono local como cafetería de los babyboomers, golfistas gringos clientes del desarrollo Quivira, de Ernesto Coppel Kelly. Esto retrata de cuerpo entero a gobiernos corruptos y poderosos empresarios de todo el país” (Víctor Adrián Trujillo Muñoz, San José del Cabo, BCS, México, tordrian@gmail.com).
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