Dicen los cándidos candidatos que la economía mexicana es bastante robusta”. Qué buen chiste, porque tan “sólida” y de “gran calado” es, que en el mejor de los casos concluirá el sexenio calderonista con una tasa promedio anual inferior (1.86 por ciento) a la reportada al cierre del gobierno foxista, la que a su vez presentó un balance menor (2.3 por ciento) a la del zedillato (3.5 por ciento), y ésta por debajo del salinato (3.9 por ciento). Así, la nueva frase corderiana se suma al inagotable inventario de eslogans que machaconamente divulga el costosísimo aparato propagandístico, que no convence ni a los menos duchos en la materia.
Alegraos pues, mexicanos silenciosos, que la “bastante robusta” cuan dependiente economía mexicana se muestra en pleno proceso de desaceleración, pero eso sí, con muy buen humor por parte de los desinteresados voceros oficiales y oficiosos. Como bien reportó La Jornada (Juan Antonio Zúñiga) “en medio de un desplome anual de 26.4 por ciento en la construcción de obras públicas y un incremento de 15.6 en la privada, la oferta global de bienes y servicios en México registró un crecimiento anual de 7.7 por ciento en el primer trimestre de 2011, el menor que se observa en un año, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Este indicador macroeconómico, el más relevante de las cuentas nacionales, creció a una tasa anual de 9.5 por ciento en promedio durante los cuatro trimestres de 2010, y la evolución de sus componentes se suma a los signos que señalan que la economía mexicana se encuentra nuevamente en fase de desaceleración”.
La inversión fija bruta se elevó de una tasa promedio de 2.4 por ciento en los cuatro trimestres de 2010, a otra de 7.7 por ciento en el primero de 2011. “Pero aún le queda un recorrido de 28.7 por ciento para llegar al sitio en que se encontraba en el tercer trimestre de 2008, previo al comienzo de la crisis que dio paso a la recesión de 2009. La desaceleración se extiende por casi toda la actividad fabril hasta afectar, incluso, actividades que han mostrado una vigorosa recuperación tras de la recesión de 2009, como la fabricante de equipos de transporte, la cual redujo su ritmo de producción de una tasa anual de incremento de 27.3 por ciento en marzo, a otra de 4.7 por ciento en abril de 2011” (ídem).
De cómo va la “bastante robusta” economía nacional da cuenta un informe de la Cámara de Diputados: “la incertidumbre es la constante tanto en el panorama económico nacional como internacional. A nivel interno, durante la semana del 6 al 10 de junio, se dieron a conocer datos que hacen presumir el inicio de una desaceleración económica. Destaca la tendencia marcada por el IGAE, pero que se apoya en las menores cifras de creación de empleos asegurados al IMSS, la pérdida de dinamismo en la actividad industrial, el descenso de la inversión y el menor crecimiento en las importaciones y exportaciones de manufacturas”.
En marzo de 2011 los componentes principales del Sistema de Indicadores Cíclicos se ubicaron en fase expansiva, pero en ese mes el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) presentó una caída de 0.23 por ciento con relación al mes anterior. “Además, muestra cada vez una menor dinámica, dado que en enero y febrero había tenido un incremento de 0.99 y 0.22 por ciento, respectivamente. En el plano internacional se ha confirmado que Japón se encuentra en recesión; en Alemania se ha frenado la producción industrial, y en Estados Unidos cuatro de los 12 distritos de la Reserva Federal reportaron desaceleración económica.
En el ámbito laboral, de acuerdo con el IMSS, al 31 de mayo de 2011 el número de trabajadores permanentes y eventuales urbanos asegurados ascendió a 14 millones 938 mil 710 personas, lo que representa un aumento mensual en el empleo asegurado de 53 mil 646 trabajadores (0.36 por ciento), con lo cual se acumulan 327 mil 81 en lo que va del año. En términos anuales se observó una variación de 612 mil 222 trabajadores, la menor desde noviembre de 2010. También se destaca que con este dato se acumula un semestre de disminución en esta cifra con la cual se puede confirmar un descenso en la tendencia de creación de empleos con seguridad social.
De octubre de 2008 a mayo de 2011 se han creado 462 mil 875 empleos (eventuales 54 por ciento de ellos). Prácticamente la totalidad de los empleos permanente abiertos después de la crisis se ganaron a partir de enero de este año. Las mayores ganancias en creación de empleos se presentaron en el Distrito Federal, Nuevo León, Jalisco, estado de México y Coahuila, mientras las mayores pérdidas ocurrieron en Veracruz y Quintana Roo.
El Inegi informó que la producción industrial creció 1.4 por ciento en abril respecto al mismo mes del año anterior, con lo que se observa un menor ritmo de crecimiento, toda vez que el mes previo había crecido 4.4 por ciento. En cifras desestacionalizadas, la producción industrial del país disminuyó 0.14 por ciento durante el cuarto mes de 2011 respecto a marzo. Tanto las cifras desestacionalizadas como el comparativo anual continúan mostrando una disminución en el ritmo de crecimiento de la actividad industrial, que en comparación anual fue más pronunciada respecto a lo que se venía observando entre enero y marzo de este año.
Dicha disminución se explica por el menor crecimiento de las manufacturas, que se han visto afectadas por la reducción de la demanda externa de Estados Unidos (vital para la “bastante robusta” economía mexicana) debido a la falta de suministros de partes y componentes japoneses, principalmente en la industria automotriz. De igual forma, la industria de la construcción ha disminuido su crecimiento debido a la lenta inversión en el sector, la cual sólo avanzó 3.27 por ciento durante el primer trimestre del año; a esto se añade el descenso de 3.1 por ciento en la industria minera, que se vio afectada por una caída de 11.7 por ciento en la producción no petrolera. Los resultados mencionados no pudieron ser completamente compensados por el crecimiento de 9 por ciento de la electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final, lo cual podría continuar inhibiendo la lenta recuperación del mercado interno a corto plazo. Esta situación muestra la debilidad que se observa en la demanda interna del país, lo que se ve reflejado en la expectativa de crecimiento económico para el presente año.
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En fin, botones de muestra de una señora “bastante robusta” que nadie ve y nadie conoce.
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